Porco Rosso

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lunes, 13 de mayo de 2013

MANOS QUE EMPUJAN de Ang Lee - 1992 - ("Pushing Hands")


Un maestro de Tai Chi ya jubilado abandona Taiwán para vivir en Nueva York, a donde su hijo emigró hace tiempo y en dónde se ha casado y le ha dado un nieto. El anciano, sin embargo, no logra acostumbrarse a su nueva vida en una ciudad estresante y en medio de una cultura que no termina de entender. Pronto, choca con su nuera, que tampoco logra acostumbrarse a él y a sus costumbres y rutinas. Pronto, llegan los problemas a la familia...


Ang Lee, nacido en Taiwán pero residente en los USA, ha demostrado, desde los inicios de su carrera, ser uno de los creadores más personales del país que le ha acogido. Poseedor de un estilo propio lleno de lirismo, de pasión y de violencia (a veces contenida pero representada de forma excelente), ha sabido moverse como nadie y casi siempre con éxito artístico entre toda suerte de géneros, y a pesar de no pertenecer en sus orígenes a los Estados Unidos, ha sabido retratar su sociedad pasada y presente y su historia e idiosincrasia mejor que algunos propios estadounidenses. Debutó con tres excelentes comedias serias irónicas sobre las sociedades orientales afincadas en Norteamérica: "Manos que empujan", "El banquete de bodas" (sobre la homosexualidad en una sociedad intransigente, que volvería a tratar más tarde) y "Comer, beber, amar". Después se introduciría de lleno en la industria con obras variadísimas que demostrarían su pericia y personalidad cinematográfica y su sentido artístico, que aplicaría a cualquier género que se le presentase: al retrato de época en "Sentido y sensibilidad", a las relaciones personales en tiempos de cambio social en "La tormenta de hielo", al histórico/western en "Cabalga con el Diablo", al cine de aventuras y artes marciales en "Tigre y Dragón", al género de los superhéroes en la injustamente menospreciada "Hulk", al drama homosexual en "Brockeback Mountain", al thriller en "Deseo, peligro", al musical en "Destino: Woodstock" y al drama fantástico en "La vida de Pi". Ang Lee es un director 100% versátil, comercial pero efectivo y muy personal y que nunca abandona el arte en sus producciones.

"Manos que empujan", primera película de las tres que Ang Lee realizó sobre el encuentro entre oriente y occidente, marca la línea que seguirían las otras dos del tríptico, "El banquete de bodas" y "Comer, beber, amar": narra una historia de relaciones personales y especialmente de relaciones dentro de la familia en la que los malentendidos están a la orden del día debido al cambio generacional brutal que se opera en el seno de dicha familia, cambio generacional acentuado por el hecho de que algunos de sus mienbros emigran a los Estados Unidos y viven a caballo entre dos mundos, su mundo natal oriental y el nuevo mundo occidental. En un estilo sencillo y directo realista Ang Lee cuenta aquí la historia de un maestro de Tai Chi jubilado que abandona Taiwan a una edad avanzada para vivir con su hijo en los Estados Unidos. El anciano no se logra acomodar a su nueva vida, y tampoco lo hace a sus hábitos su nuera. Chocan los dos mundos mencionados, oriente y occidente, y también la tradición y la supuesta modernidad, y dos modos de vida contrapuestos estallan creando terribles consecuencias. Sin embargo, Ang Lee despliega un mensaje esperanzador de unión y fraternidad, de entendimiento entre culutras, y las cosas cambian poco a poco para la familia del viejo maestro y para él mismo, que a su edad es capaz de emprender una nueva aventura vital (el filme también critica el papel al que son relegados los ancianos que, tras toda una vida de trabajo para cuidar a sus hijos, son vistos como trastos rotos). "Manos que empujan" es la primera joya de este gran director taiwanés-estadounidense.

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