Porco Rosso

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martes, 29 de noviembre de 2016

JASON BOURNE de Paul Greengrass - 2016 - ("Jason Bourne")


Jason Bourne vaga por el mundo sin un objetivo y sin ganas de seguir adelante, atormentado por su pasado y viviendo de participar en peleas callejeras ilegales. Un día, tras uno de estos combates, en Grecia, alguien contacta con él... Una nueva y terrible conspiración se está urdiendo y, de nuevo, su papel va a ser clave en ella. Una vez más, va a tener que usar sus grandes habilidades para salvar vidas.


Este año ha vuelto la saga de Jason Bourne de nuevo con Jason Bourne. Ha vuelto Matt Damon, ha vuelto Paul Greengrass y el arco argumental del personaje de Aaron Cross al que dio vida Jeremy Renner en "El Legado de Bourne" de 2012, muy odiado por los fans de la franquicia, ha sido ignorado y olvidado. Pero el retorno a la trama clásica tampoco ha sido una maravilla, por lo menos desde mi punto de vista. Y es que la saga está ya agotada, señoras y señores, por lo menos mientras no la animen con un argumento en condiciones. "Jason Bourne" es una suerte de prólogo alargado a lo que podría ser una nueva trilogía, y eso se nota en su final abierto y en que no se profundiza demasiado en nada en todos sus aspectos, lo cual creo que es un error grande. Para empezar, el personaje estaba cerrado y bien cerrado tras "El Ultimátum de Bourne". Ahora le añadimos tramas para estirar su historia como la de un chicle pero la cosa no funciona. Ha dejado de interesar como en las primeras tres entregas, y hay fallos de desconexión con estas evidentes (no hay ni un momento para el recuerdo de su viejo amor, al que interpretó Franka Potente, por ejemplo, y que tanto le marcó). Jason Bourne está, en definitiva, agotado desde 2007, en donde tendría que haberse quedado. Es cierto que Damon tiene carisma, y que Greengrass es mucho mejor director, y más personal también, que Tony Gilroy, pero fin. La quinta película de la saga de este mítico agente es una cinta de acción discretita, con una trama discretita, con personajes nuevos discretitos y con un villano de turno interpretado bien por Vincent Cassell pero que tampoco consigue levantar un conjunto lánguido y sin interés en el que el personaje principal avanza muy poco y de forma predecible.


Incluso las escenas de acción de "Jason Bourne" han perdido potencia y garra en comparación con las de sus antecesoras (es más, hasta me atrevo a afirmar aunque algunos me corten la cabeza que impresionan más algunas de la malograda "El Legado de Bourne" que todas las de esta cinta juntas). Cuando las sagas se alargan por la cara, cuando se quiere explotar a lo bruto algo bueno y exitoso, pasan estas cosas. Y que conste que "Jason Bourne" no llega a ser una mala película en absoluto, porque no aburre en ningún momento y porque es básicamente digna y no trata al espectador como a un idiota ni pervierte el legado del resto de la saga como sí que hacía la mil veces mencionada "El Legado de Bourne". También es loable el tirón de orejas que le pega a la corrupción cibernética que practican los gobiernos y su apuesta por un mundo sin vigilancia. Sin embargo, es del todo insuficiente cuando tiene unas primeras tres antecesoras tan míticas y básicas en la configuración del nuevo cine de acción de la pasada década. Floja y olvidable. Y es una pena.


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