Porco Rosso

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domingo, 21 de mayo de 2017

A ROMA CON AMOR de Woody Allen - 2012 - ("To Rome with love")


Un arquitecto norteamericano visita Roma, en la que pasó grandes y felices años de su vida, para tener un encuentro con la melancolía y, de casualidad, otro con un joven estudiante de arquitectura en el que se ve reflejado. Jerry, un productor discográfico también estadounidense, llega a la ciudad para visitar a su hija y descubre a un cantante de ópera un tanto especial. Leopoldo, un oficinista aburrido y soso, se convierte de la noche a la mañana en el romano más famoso de Italia y su vida se transforma en un infierno. Antonio y Milly son una joven y conservadora pareja del campo que se traslada en busca de un buen trabajo a la ciudad eterna, en la que se encuentran con un panorama sexual que les abruma por completo.


De las películas del Woody Allen de los últimos años, que nos da casi constantemente una de cal y otra de arena, "A Roma con amor" es de las más flojas con diferencia junto al bodriazo de "Vicky Christina Barcelona". El director neoyorkino sigue adelante con su aventura por las grandes capitales de Europa y ahora elige a Roma, en la que ambienta cuatro historias desiguales y refritos de sus temas de siempre. Ninguna destaca, ni siquiera la mejor, la de Roberto Benigni, y el humor de todas está muy pero que muy descafeinado, y ya no hablemos de la ironía y la agudeza de este humor, bastante depauperada. Entiendo que la cosa quiere ser un homenaje desprejuiciado a la "comedia a la italiana" clásica, pero es que los tópicos se van de madre y las tramas son muy tontas. Comenzamos hablando de las dos historias buenas. La del mencionado Benigni, kafkiana y cachonda, y crítica al mundo de la notoriedad y de la fama absurda y de los medios de comunicación que se inventan personajes de la nada, es una delicia. Tiene gracia, es inteligente, es irónica y es delirante. Y el por tercera vez mencionado Roberto Benigni lo clava. El papel está hecho para él cien por cien. La otra es la que protagoniza el propio Allen, la del cantante de ópera, que es menos inteligente que la anterior pero que tiene su gracia, desde luego, aunque tampoco llegue ni de lejos a lo que Woody ha hecho en el pasado. Ahora le toca el turno a las otras dos, a las malas. La del arquitecto y el joven estudiante es bastante normalita, mediocre incluso a pesar de su conseguido halo nostálgico. No estimula apenas y es lánguida, y es un refrito de los temas habituales de su director que ya nos sabemos de memoria y para los que no innova nada: esencialmente, las relaciones de pareja y el paso del tiempo son los principales. La última es ya especialmente mala: una pareja llega del campo a la gran ciudad y ella, una jovencita virginal, es seducida por un actor que es verdaderamente un patán insoportable y él acaba enredado con una prostituta típica y tópica. Aquí verdaderamente a Allen el casticismo italiano, o su intento de imitación, se le va de madre y tenemos un terrible festival de la catetada y del oscurantismo sexual. No tiene gracia y sus personajes resultan hasta molestos y anacrónicos. "A Roma con amor" es una colección desigual que suspendería estrepitosamente si no fuese por la historia de Roberto Benigni. El peor Allen desde 2008. Una pena.


1 comentario:

  1. Bufff floja al 100%%%!! Y encima... con la presencia de Pé Cruz!!! Baghh!!!

    Un saludoOo enorme!!

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