Porco Rosso

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viernes, 21 de julio de 2017

TESTIGO de Thomas Kruithof - 2016 - ("La mécanique de l'ombre")


Duval es un solitario administrativo de París que está ya pasando la mediana edad y que a causa de la crisis lleva dos años sin trabajo y sin demasiadas perspectivas de encontrar uno digno debido a que se acerca ya al momento de su jubilación. Un día, un enigmático hombre llamado Clément le llama y le ofrece un puesto un tanto extraño pero tremendamente bien pagado: en un piso franco habrá de transcribir escuchas telefónicas. No usará tecnología moderna: todo estará grabado en cintas y él pasará las conversaciones al papel con una máquina de escribir. Duval, desesperado y ante la perspectiva de tener un gran sueldo, acepta. Algo oscuro late en todo esto... Algo que va a descubrir pronto.


"Testigo" (de título original en francés "La mecánica de la sombra", mucho más acertado -no entiendo por qué se cambian aquí los nombres de las películas de esta manera tan cutre-), el debut en el largometraje del director francés Thomas Kruithof, me ha resultado uno de los mejores thrillers del pasado año. De estilo totalmente "Hitchcockiano", la película tiene como protagonista a un hombre que está pasando ya la mediana edad y que ha sufrido la crisis económica mundial en sus carnes: lleva dos años sin trabajo desde que le despidieron y no tiene muchas posibilidades de encontrar uno nuevo que sea digno debido a que se acerca al momento de su jubilación. Es un nombre común, normal y corriente, como podría ser el mismo espectador (que posiblemente también haya visto su vida condicionada por la susodicha crisis en algún aspecto), que va a meterse en un lío que le supera cuando alguien misterioso le ofrezca un nuevo puesto laboral sencillo y, además, muy bien remunerado. François Cluzet es el actor perfecto para este papel de hombre solitario, serio, callado, tímido, desvalido, vapuleado por la vida pero que conserva todavía una dignidad tremenda. Un hombre como cualquier otro que se va a ver enfrentado a la terrible maquinaria del sistema, podrido y en lucha política sin cuartel y sin piedad. Thomas Kruithof pone en la picota, en un ambiente electoral (las referencias a la Francia convulsa de los últimos años que ha terminado con la, por suerte, derrota de Marine Le Pen, están por todas partes), la corrupción de los gobiernos y de sus agentes políticos o de defensa, las conspiraciones ilegales para lograr dudosos objetivos, la obsesión por el control o por escapar de el y la utilización sin miramientos de la gente común del pueblo como simple moneda de cambio.


El director, en menos de 90 minutos (la película es corta, y a veces esto se agradece en su frenetismo), articula una intriga perfecta, cruda y directa, elegante y de toque kafkiano, ambientada en la París de edificios de cristal y oficinas anodinas que se conoce menos que la turística y con una dosificación de la información que va atrapando al espectador en la intriga de forma irremisible. Todo desemboca en un desenlace genial y lleno de tensión. "Testigo", que por cierto también tiene un prólogo de infarto (pocas veces lo he pasado peor nada más iniciarse una película), es un thriller político crítico y muy agudo, totalmente desencantado, que pone a parir a todo un sistema y que es extremadamente recomendable.


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